Autor: Juan Cruz Cruz
P.V.P.: 11 €
El objetivo de este libro no es describir las situaciones límite del morir, sino tensar los argumentos que prueban la inmortalidad del alma para indicar filosóficamente el modo en que ésta es posible. Fueron muchos los pensadores que, inspirados en Tomás de Aquino, enseñaron que en la muerte del hombre no muere ni el cuerpo ni el alma, sino el hombre en sí mismo, de suerte que no existen en él zonas neutrales que permanecieran ajenas al hecho de la muerte.
Bajo estas premisas puede entenderse la vertebración del presente libro: empieza por exponer el sentido de la "unión" del cuerpo humano a su alma, para acabar retomando la cuestión de la inmortalidad que correspondería al hombre constituido por tal unión.
En su discurso, el autor establece un diálogo permanente con las grandes tesis de la filosofía antigua, especialmente las de Platón y aristóteles, y de la filosofía moderna, con páginas dedicadas a Spinoza, Hegel, Fichte, Nietzsche y Unamuno, entre otros.