Cuenta la Biblia que Sansón perdió su fuerza cuando Dalila le cortó el pelo, sin embargo, no hay que asustarse, ya que la correlación entre la presencia del cabello y la virilidad es tan sólo una falsa creencia. El nombre de Sansón está emparentado con la palabra hebrea que designa al sol y se cree que la leyenda recoge un antiguo mito solar, simbolizando su largo pelo el aumento o disminución del calor de los rayos del sol con el curso de las estaciones.

El cuero cabelludo representa una protección natural contra el frío, la luz solar y en menor medida contra pequeños golpes. En la cabeza hay alrededor de 100.000 pelos (120.000 en el caso de los rubios y unos 90.000 entre los pelirrojos). Como el crecimiento del pelo es escalonado, sólo el 85% de nuestros folículos tienen pelo en desarrollo en un momento determinado, el resto está en fase de reposo. Diariamente se pierden una media de 60 a 100 pelos (más en primavera y otoño), procedentes de los folículos que se vuelven inactivos, que son reemplazados por el pelo de aquellos folículos que entran en fase de crecimiento activo. Cuando las pérdidas están por encima de los 100 pelos al día, se rompe este equilibrio y podemos hablar de caída del cabello.

El pelo está formado por la raíz, inserta en una depresión de la piel llamada folículo piloso, y el tallo, compuesto de células córneas muertas rellenas de queratina y dispuestas en tres capas concéntricas: una cutícula externa, una corteza media y una médula central. Las glándulas sebáceas de alrededor lubrican el tallo del pelo y protegen a la piel contra infecciones por bacterias y hongos, mientras que los músculos horripiladores mueven el pelo, pudiendo erizarlo ante el frío o el miedo.

El folículo contiene (a) el bulbo piloso, (b) la papila dérmica con una red de capilares sanguíneos que se encargan de proveer oxígeno, energía y aminoácidos al naciente pelo, y (c) los melanocitos, células que dotan al pelo de su color. Si es negro o marrón es que segregan melanina y si es rojo o rubio es por la feomelanina. Cuando los melanocitos dejan de segregar pigmentos, el pelo crece blanco. Las canas pueden aparecer repentinamente ante traumas emocionales, no así la calvicie, como erróneamente a veces se  piensa. Cuentan que Pitágoras encaneció en una sola noche cuando el oráculo de Delfos le anunció que tenía que casarse con la sacerdotisa Theano.

La calvicie común se denomina alopecia androgénica y aunque sus causas son variadas y complejas, es claro que tiene un fuerte componente genético y hormonal, lo cual excluye de padecerla casi por completo a las mujeres, cuyo nivel de hormonas masculinas es más reducido. Es decir, que los hombres cuyas familias presentan casos de calvicie tienen muchas posibilidades de sufrirla. Entre ciertos grupos raciales se da con menor incidencia, como los chinos, los japoneses, los indios americanos y algunos negros africanos.

Conforme progresa la calvicie, el pelo se reduce en diámetro, se hace más pequeño y eventualmente se despigmenta. Si la calvicie se inicia antes de los 30 años será más severa que si es de aparición tardía. Comienza con entradas a nivel de la frente y posteriormente se clarea la coronilla hasta que finalmente ambas regiones se juntan.

Al estar el pelo influido por el sistema nervioso y por el estado del sistema circulatorio, se ve favorecido por los masajes regulares del cuero cabelludo, que estimulan la irrigación y la secreción de las glándulas sebáceas que desembocan en el folículo piloso.

El pelo es un indicador de la salud corporal, revelando cambios en el equilibrio hormonal o en el sistema endocrino. Se ve afectado por la malnutrición proteica, estrés físico y emocional, problemas tiroideos, anemias, enfermedades nerviosas, el contacto con sustancias tóxicas o los tratamientos de quimioterapia. En este sentido, hay más de 200 fármacos que pueden provocar la caída del cabello.

En Estados Unidos sólo hay dos substancias oficialmente autorizadas para el tratamiento del cabello: el Minoxidil, un vasodilatador periférico, y el Finasteride a dosis bajas (porque a altas se emplea para tratar la próstata y puede producir impotencia). Estos tratamientos son paliativos, sólo funcionan en los primeros estadios de la calvicie y la pérdida de pelo continúa en cuanto se suspende el tratamiento. Además, a largo plazo pueden provocar efectos secundarios, por lo cual su empleo es controvertido.

Si observamos la aparición de los primeros síntomas de calvicie conviene revisar nuestro estado de salud general y proponernos llevar una alimentación sana, asumiendo con resignación su progresión ineludible, sin deprimirnos por una cuestión que es fundamentalmente estética, siendo que además para muchas mujeres los calvos cuentan con un mayor atractivo.

 

Utilizamos cookies para asegurar que damos la mejor experiencia al usuario en nuestra página web. Al utilizar nuestros servicios, aceptas el uso que hacemos de las cookies.