El dolor de espalda es una de esas afecciones leves a las que no se les da importancia pero que sin embargo puede llegar a convertirse en algo crónico. Es fruto de nuestra época y responde a un estilo de vida sendentario. Su causa hemos de buscarla en la inactividad, la falta de ejercicio y las malas posturas. También puede estar causado por una desviación de columna o pequeñas anormalidades de la estructura ósea que pueden provocar una ligera pero constante tensión en los musculos y articulaciones vertebrales.

Tratamiento

El tratamiento básico para aliviar el dolor de espalda es el reposo y el empleo de medicamentos antiinflamatorios no esteroideos, por ejemplo, la aspirina. Dependiendo de la causa del dolor y de su intensidad se pueden emplear otras medidas terapéuticas como relajantes musculares, vitamina B en dosis elevadas y corticoides. Unos días de reposo en cama suelen ser suficientes, aunque en ocasiones son precisos ejercicios de fisioterapia, baños y aplicación local de calor para recuperar la función normal. Las terapias alternativas se dirigen a calmar el dolor y a evitar su recurrencia. Entre ellas podemos citar:

-        Acupuntura: es uno de los tratamientos alternativos más eficaces. Va dirigido a reducir los espasmos musculares y la inflamación y promueve la curación tratando los desequilibrios de energía subyacentes.

-        Masaje: El masaje de los músculos a ambos lados de la columna alivia la tensión y restablece la movilidad. Para evitar daños potenciales de la médula espinal es preciso que el masaje lo aplique un terapeuta. Un pequeño remedio que alivia el dolor es ejercer en la parte baja de la espalda una presión con el pulgar a cada lado de la columna vertebral, justo encima del borde superior del hueso pélvico.

-        Quiropráctica: La manipulación espinal quiropráctica se basa en la manipulación de la columna vertebral para corregir sus luxaciones o malos alineamientos vertebrales.

-        Yoga: Mencionamos tres ejercicios sencillos de yoga que alivian el dolor:

o   Para recuperar la flexibilidad, estando de pie se va flexionando lentamente la espalda hacia abajo hasta que la cabeza llegue lo más cerca posible de las rodillas. Esta postura se mantiene veinte segundos, mientras se respira lentamente.

o   Para fortalecer los músculos de la espalda, estando de rodillas y sentado sobre los talones se flexiona el cuerpo hasta tocar con la cabeza el suelo manteniendo los brazos estirados hacia atrás a lo largo de las piernas.

o   Para aliviar la tensión del cuerpo, tumbado boca arriba con los brazos en cruz, se flexiona una rodilla y se lleva a tocar el suelo del lado contrario sin dejar de mantener la espalda en contacto con el suelo. Pasados veinte segundos se repite el ejercicio con la otra rodilla.

Prevención

La medida preventiva más importante es adoptar una postura correcta. A veces descubrimos que estamos encorvados, con los hombros caídos hacia delante, o en tensión. La postura correcta mientras se está de pie se puede comprobar al apoyarnos contra la pared. Las nalgas, los hombros y la cabeza deben entrar en contacto con la pared y en medio debe quedar un hueco por donde se pueda deslizar la mano. Si cuando estamos de pie la postura cambia hay que rectificarla. La denominada técnica Alexander es útil para corregir la posición del cuerpo y para aliviar la tensión y el estrés.
La postura mientras se está sentado es aun más importante. Una buena silla debe hacer que las caderas se apoyen cómodamente y que las rodillas sobresalgan del borde del asiento. La zona lumbar tiene que apoyarse en el respaldo, si es preciso poniendo un cojín. Los pies deben apoyarse totalmente en el suelo y los brazos de la silla deben permitir que los codos formen prácticamente un ángulo recto.

Cuando haya que levantar objetos pesados hay que tener en cuenta que no hay que inclinarse hacia delante, sino que es preciso doblar las rodillas manteniendo la espalda recta.

Por otro lado, el descanso es fundamental para una espalda sana. En ese sentido el colchón en el que durmamos ha de ser duro, pero confortable. Durante el sueño hay que evitar dormir boca abajo pues se fuerza a la zona lumbar y se obliga a una rotación, ya que es necesario tener la cabeza girada hacia un lado. En su lugar es preferible dormir boca arriba o de lado con las piernas flexionadas.

En cuanto a los hábitos sedentarios, las personas que andan con frecuencia o que realizan trabajo físico desarrollan un tono muscular en la espalda y en las piernas, mientras que las que están sentadas la mayor parte del día no lo tienen. Como compensación es preciso practicar ejercicio, por ejemplo natación, montar en bici o caminar.

En resumen, si nos duele la espalda debemos encontrar el tratamiento más adecuado para nosotros, aliviando el dolor en el momento pero también pensando en evitar que se repita, y sin olvidar la causa que lo motivó. La práctica de ejercicio de forma regular y la adopción de una postura corporal correcta son los factores preventivos más importantes.

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